La seguridad industrial es el conjunto de medidas, normas y procedimientos que tienen como objetivo prevenir y reducir los riesgos laborales, así como proteger la salud y la integridad de los trabajadores y el medio ambiente.
El origen de la seguridad industrial se remonta a la Revolución Industrial, que tuvo lugar entre los siglos XVIII y XIX, y que supuso un cambio radical en los modos de producción, el uso de la maquinaria y la organización del trabajo. Esta transformación trajo consigo un aumento de la productividad, pero también de los accidentes, las enfermedades y las condiciones precarias de los obreros.
Ante esta situación, surgieron las primeras reivindicaciones y movimientos sociales que exigían mejoras en las condiciones laborales, así como la intervención del Estado para regular y controlar la actividad industrial. Algunos hitos importantes en este sentido fueron:
- La Ley de Fábricas de 1833 en Inglaterra, que limitaba la jornada laboral de los niños y establecía inspectores para vigilar el cumplimiento de la normativa.
- La Ley de Accidentes de Trabajo de 1883 en Alemania, que creaba un sistema de seguros obligatorios para los trabajadores y reconocía su derecho a una indemnización en caso de sufrir un accidente.
- La Organización Internacional del Trabajo (OIT), fundada en 1919, que es el organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de promover la justicia social, el diálogo social y los derechos humanos en el ámbito laboral.
A lo largo del siglo XX, la seguridad industrial fue evolucionando y ampliando su campo de acción, incorporando aspectos como la higiene industrial, la ergonomía, la psicosociología aplicada, la prevención de incendios o la protección ambiental. Asimismo, se desarrollaron diferentes teorías, modelos y métodos para analizar los factores que influyen en los accidentes y las enfermedades laborales, así como para diseñar e implementar medidas preventivas.
En la actualidad, la seguridad industrial es una disciplina multidisciplinar que requiere de la participación activa y coordinada de todos los agentes implicados: empresarios, trabajadores, administraciones públicas, organismos especializados, etc. Su finalidad es garantizar unas condiciones de trabajo seguras y saludables, así como mejorar el rendimiento y la competitividad de las empresas.
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