Los gases industriales son sustancias químicas que se encuentran en estado gaseoso a temperatura y presión ambientales, y que se utilizan para diversos fines en la industria. Algunos ejemplos de gases industriales son el oxígeno, el nitrógeno, el hidrógeno, el helio, el argón, el dióxido de carbono, el metano, el acetileno y el propano.
Los gases industriales pueden ser amigos o enemigos, dependiendo de cómo se manejen y se apliquen. Por un lado, los gases industriales tienen múltiples beneficios y aplicaciones en diferentes sectores, como la metalurgia, la química, la alimentación, la medicina, la energía y el medio ambiente. Por ejemplo, el oxígeno se usa para mejorar la combustión y la oxidación de los metales, el nitrógeno se usa para crear atmósferas inertes y evitar la corrosión, el hidrógeno se usa como combustible limpio y como materia prima para la síntesis de amoníaco, el helio se usa para enfriar los imanes de las resonancias magnéticas y como gas de relleno para globos y dirigibles, el argón se usa para soldar metales y protegerlos de la oxidación, el dióxido de carbono se usa para carbonatar bebidas y conservar alimentos, el metano se usa como fuente de energía y como precursor de otros compuestos orgánicos, el acetileno se usa para soldar y cortar metales y como materia prima para la producción de plásticos, y el propano se usa como combustible doméstico e industrial.
Por otro lado, los gases industriales también pueden ser enemigos si no se toman las medidas de seguridad adecuadas para su almacenamiento, transporte y uso. Los gases industriales pueden presentar riesgos de explosión, incendio, asfixia, intoxicación, quemaduras o congelación si entran en contacto con fuentes de ignición, aire, humedad o materiales incompatibles. Además, algunos gases industriales pueden tener efectos nocivos sobre la salud humana o el medio ambiente si se liberan al aire sin control. Por ejemplo, el dióxido de carbono contribuye al efecto invernadero y al cambio climático, el metano es un gas de efecto invernadero más potente que el dióxido de carbono y puede provocar asfixia si desplaza al oxígeno del aire, el acetileno puede formar mezclas explosivas con el aire o con otros gases oxidantes y puede causar irritación en los ojos y las vías respiratorias, y el propano puede provocar incendios o explosiones si se acumula en espacios cerrados o si hay fugas.
Por lo tanto, los gases industriales son amigos o enemigos según cómo se gestionen y se empleen. Es necesario seguir las normas de seguridad establecidas por las autoridades competentes y por los fabricantes y proveedores de los gases industriales. Asimismo, es conveniente contar con equipos e instalaciones adecuados para su manipulación y almacenamiento. Finalmente, es importante estar informado y capacitado sobre las propiedades, los usos y los riesgos de los gases industriales. De esta forma, podremos aprovechar sus ventajas y evitar sus inconvenientes.